>La madre de las sonrisas
20/05/2016 in '/Pictures/'>Under the pressure
22/04/2016 in '/Pictures/'De los War on Drugs. Recuerdo que al descubrirla se me enganchó como se enganchan los chicles en el pelo. Me llegó a finales de 2014 y enseguida se convirtió en un analgésico diario, bálsamo de metro, sponsor de las noches sin sueño. En aquella áspera época su mezcla de rabia y de fuerza me afelpaba la existencia, fue escafandra de mis Marianas, flotador y destello en mitad del mar negro. Incluso me fui a un festival de verano sólo para disfrutarla a lo loco en directo, como quien se compra un pastel por la guinda, como quien caza un mamut por los cuernos.
Y digo yo, a alguien más le deberá flipar ¿no?
Por la costa en primavera o por una autopista fría y lluviosa. De subida, de bajada, con prisa, con calma. Seguro que ahora mismo hay alguien inmerso en su deriva gritando “Ander de preshah!!”
>Fantástico interior
15/04/2016 in '/Pictures/'De mundos interiores le hablaba tu selva a mi explanada, calidad donde la haya, que me entra la risa cuando al cohete que llevas dentro le da por sentirse bengala. Y si en un cohete los extraterrestres bajaran y me preguntaran, yo te pondría en la escueta lista de “Cosas que salvar antes de destruir la tierra”.
Tú sabes que yo a ti te quiero un rato y yo sé que a esta foto le faltan colores para ser un justo retrato.
>Química perdida
07/04/2016 in '/Pictures/'En la fábrica de mi vida pocas cosas son tan importantes como la química. Por eso cuando ésta anda algo perdida mi pobre fábrica se vuelve fucktoría. Y voy por ahí preguntando por ella, desde los despachos a la sala de máquinas. Pregunto y me dicen que la vieron en un cenicero apagada, en la comisura de las copas, en unas sábanas empapadas. Busco a partir del rastro como busca y palpa un ciego cuando se encienden las luces de la disco. Dónde coño habré dejado el abrigo.
Desde el respeto a la diversidad del universo he de decir me fascinan y aburren las personas descaradamente equilibradas. Los lagos donde nunca pasa nada. Establos estables con orden y cauce donde se guarda para mañana, donde se asienta, donde ya toca, donde deberías deberías deberías… Mira! ponys peinados, selfies naturales, discurso vegano. Gente ejemplar, héroes del desgaste, felicidades por vuestras fórmulas magistrales y por los escaparates en las redes. Yo es que soy más ir dando coces ladera abajo imaginando orégano en los montes. Intermitente, molátil y poco sostenible, mi química va de vertido en divertido, de azúcares y de cítricos. No siempre que me pongo a cantar me hace los coros, no siempre que llamo le da por contestar.
Por lo menos hoy, aun con más inventiva que inventario, la coctelera de mi cabeza se siente como una gasolinera pidiendo fuego. Dónde coño habré dejado el mechero.
>Lo que más echo de menos
14/03/2016 in '/Pictures/'Justo hoy hace un año que mi padre dejó de respirar mientras yo le cogía de la mano. Tocando la guitarra en el hospital, fumando de un Malboro que aún conservo “anda, abre la ventana que las enfermeras no vendrán en un rato”.
Qué cabrón el tiempo, tan veloz en el calendario y tan congelado en el pecho. Con unas mejillas erosionadas por el paso del río que nacía en mis ojos, no me acompleja lo más mínimo decir que vengo de vivir el más duro de mis veintionce años. Hola.
Aquí donde no me ves, durante estos meses que hoy cumplen año he buscado morder cualquier trocito de risa intentando mantenerme a flote en un mar de ausencia y silencio. A flote sin la voz de mi padre y su ímpetu animándome, a flote como el hijo de la mejor de las madres, a flote como el mayor de mis dos enormes hermanos. Encerrado en una burbuja que busca superficie, mi ánimo pasó del enfado inicial contra el mundo y lo superficial de algunas personas, a la más insulsa de las indiferencias, a la falta de fuerzas. Y sí, a eso se le llama “pasar el duelo”, para mí es como si fuera literalmente un duelo entre dos pistoleros que se retan cuando invoco los recuerdos. Uno es la pena y la tristeza y el otro el amor y la fuerza. ¡PUM PUM! ¿Quién gana?
Pues aunque la pena apunta donde más duele, el ser consciente del proceso ayuda a no dar las fuerzas por muertas. Fuerzas para teclearlo, para volver a hacer las fotos que quiero, fuerzas para contagiar de alegría y porvenir a mi madre y a mis hermanos.
Ojalá lean ésto y me imaginen haciéndoles un guiño.